1) Si usted se considera
una persona incapaz de mirar al peligro a la cara, se recomienda la utilización
de veneno de efecto rápido, principalmente cianuro, el cual ingerido en
moderadas a grandes cantidades produce una muerte segura, variando el tiempo de
defunción según la cantidad ingerida. Procure que la cantidad usada se
encuentre en buenas condiciones, pues si ha caducado, padecerá usted diarrea y
vómitos.
2) Si usted se considera una persona capaz de
mirar a la muerte a la cara, poseedora de un atrevimiento y un arrojo sin
comparación, se recomienda los siguientes métodos:
-Salto desde azotea: Ideal para los adictos a
las emociones fuertes. Asegúrese de que la estructura escogida supere los
veinte pisos de altura, librándose así de cualquier agonía en caso de error
-Disparo: Ideal para los impacientes, se recomienda
un arma de grueso calibre y colocar el arma en un punto vital. Se recomienda la
sien o la boca como ubicaciones seguras.
-Degollamiento: Otro método ideal para
impacientes, así como también para sádicos, mas presenta su grado de
complejidad, por lo que es necesario hacerse de un cuchillo afilado y ciertos
conocimientos en biología, colocando la hoja en un punto exacto del cuello para
asegurar una hemorragia fatal.
-Ahorcamiento: Considerado como un método de
ejecución humanitario, ideal también para impacientes si se sabe aplicar el
método correcto, siendo lo ideal una posición que propicie el desnucamiento
inmediato, además de una cuerda firme que pueda sostener su peso. Si por el
contrario, no le molesta esperar y presenta tendencias masoquistas, basta con
que salte de una pequeña altura con una soga atada al cuello y la gravedad hará
el resto.
-Quemarse a lo bonzo: Es necesario para este
método no sólo valor, también una alta cuota de masoquismo y una cierta
tendencia al exhibicionismo. Para que se concrete de manera satisfactoria, debe
rociarse el cuerpo con una gran cantidad de gasolina u otro líquido inflamable,
después un fósforo o un encendedor harán el resto. Asegúrese de arder el tiempo
necesario para evitar agonía o secuelas de por vida.
-Harakiri: Poco recomendable si se busca
privacidad, pero ideal para masoquistas o personas cuya vida ha girado siempre
en torno al honor. Se requiere de sangre fría para hundir una afilada daga en
un costado del abdomen y deslizarla hacia el lado contrario. Mientras más dure,
más honor, por lo que el dolor está ligado al proceso. El proceso acaba cuando
el asistente decapita al suicida. Sin embargo, debe considerar que aunque la
cabeza esté apartada del cuerpo, existen ciertos estudios que indican que se conserva
cierta conciencia antes de cerrar los ojos.
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