jueves, 4 de octubre de 2012

Formas de suicidio No.3

1) Si usted se considera una persona incapaz de mirar al peligro a la cara, se recomienda la utilización de veneno de efecto rápido, principalmente cianuro, el cual ingerido en moderadas a grandes cantidades produce una muerte segura, variando el tiempo de defunción según la cantidad ingerida. Procure que la cantidad usada se encuentre en buenas condiciones, pues si ha caducado, padecerá usted diarrea y vómitos.

2) Si usted se considera una persona capaz de mirar a la muerte a la cara, poseedora de un atrevimiento y un arrojo sin comparación, se recomienda los siguientes métodos:


-Salto desde azotea: Ideal para los adictos a las emociones fuertes. Asegúrese de que la estructura escogida supere los veinte pisos de altura, librándose así de cualquier agonía en caso de error


-Disparo: Ideal para los impacientes, se recomienda un arma de grueso calibre y colocar el arma en un punto vital. Se recomienda la sien o la boca como ubicaciones seguras.

-Degollamiento: Otro método ideal para impacientes, así como también para sádicos, mas presenta su grado de complejidad, por lo que es necesario hacerse de un cuchillo afilado y ciertos conocimientos en biología, colocando la hoja en un punto exacto del cuello para asegurar una hemorragia fatal.

-Ahorcamiento: Considerado como un método de ejecución humanitario, ideal también para impacientes si se sabe aplicar el método correcto, siendo lo ideal una posición que propicie el desnucamiento inmediato, además de una cuerda firme que pueda sostener su peso. Si por el contrario, no le molesta esperar y presenta tendencias masoquistas, basta con que salte de una pequeña altura con una soga atada al cuello y la gravedad hará el resto.


-Quemarse a lo bonzo: Es necesario para este método no sólo valor, también una alta cuota de masoquismo y una cierta tendencia al exhibicionismo. Para que se concrete de manera satisfactoria, debe rociarse el cuerpo con una gran cantidad de gasolina u otro líquido inflamable, después un fósforo o un encendedor harán el resto. Asegúrese de arder el tiempo necesario para evitar agonía o secuelas de por vida.


-Harakiri: Poco recomendable si se busca privacidad, pero ideal para masoquistas o personas cuya vida ha girado siempre en torno al honor. Se requiere de sangre fría para hundir una afilada daga en un costado del abdomen y deslizarla hacia el lado contrario. Mientras más dure, más honor, por lo que el dolor está ligado al proceso. El proceso acaba cuando el asistente decapita al suicida. Sin embargo, debe considerar que aunque la cabeza esté apartada del cuerpo, existen ciertos estudios que indican que se conserva cierta conciencia antes de cerrar los ojos.

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