Nunca me habías tratado con tanta indiferencia hasta ese
momento, solo me hiciste recordar lo mucho que me odio al haber nacido mujer,
solo recordé todos los problemas, dolores y sufrimientos que he pasado desde
niño, yo solo quería provocarte, ya te había dicho que no me importaba “eso” y
volviste a repetirlo, me hiciste sentir un pedazo de trapo sucio, me hiciste
sentir que yo no era lindo, no sabes cuánto deseo morir, no quiero envejecer
siendo una mujer, primero prefiero estar muerto. Lo peor de todo, es que a las
12:52 a.m. me abandonaste y solo negaste, no me volviste a escribir, eso solo
me hizo sentir peor, yo sabía que no te importaba, igual que todos los demás
que se han cruzado en mi vida que dicen que yo les importo. De verdad, solo
debí haber muerto aquel 18 de marzo de 1997, no estaría aquí sentado, escribiendo
mi dolor mientras derramo lagrimas que ni tú mismo escuchas. Te extraño tanto,
me estoy muriendo por ti y tu solo me abandonas, en vez de venir a buscarme y
llevarme contigo que es lo que más deseo, si lo hicieras, incluso permanecería
callado y no te molestaría nunca más como siempre suelo hacerlo, nunca debimos
habernos conocido, odio la vida y odio ser mujer, es como si estuviera en el
cuerpo equivocado, lástima que nadie me crea y a nadie le importe.
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